sábado, 15 de enero de 2011

LA UNIÓN HACE LA FUERZA

La sociedad en la que no encontramos nos ofrece un panorama donde la actividad periodística se encuentra sometida a una mercantilización, motivadora de la aparición de perspectivas sociales y cívicas que reivindican un espacio propio.

En este contexto surge el Tercer Sector de la Comunicación, compuesto por entidades no gubernamentales, de servicio, redes solidarias... En definitiva, plataformas comunitarias, sin ánimo de lucro, que intentan ofrecer eso: un servicio a la sociedad o comunidad en la que se desarrollan.

Pero he aquí el gran problema al que se enfrentan: medios de comunicación subyugados, que viven a la sombra de grandes concentraciones empresariales que monopolizan este mundo en el que parece que impera la ley de “tanto tienes; tanto vales”. Una triste realidad en la que no se apuesta por un periodismo social o cívico; comprometido con esa sociedad en la que se integra. Un periodismo donde se intente quebrar la verticalidad tradicional, para dar paso a la horizontalidad, a la reducción de las asimetrías sociales y de los excluídos.

Ése sería, en principio, el modo de dar voz a los que no la tienen; a los que nunca la han tenido y a los que, desafortunadamente y mientras la situación se mantenga; nunca la tendrán. Voces que intentan ser escuchadas, y aunque el intento no sea en vano, bien es cierto que el sendero es arduo y largo. Porque aunque sean necesarios cambios estructurales, queda lo primordial: la toma de conciencia. No solamente por parte de los profesionales de la información; sino también, y lo que, (para fortuna de algunos y desgracia de otros), es lo más importante; la toma de conciencia por parte de ésas empresas.

Como ejemplo de ese intento por cambiar el mundo, a través de los vídeos, encontramos a Deep Dish TV; un proyecto que surge en Estados Unidos y, donde un colectivo de activistas comunitarios y productores de vídeo, se interesan en utilizar la tecnología del satélite para hacer más eficiente y masiva la distribución de programas producidos a nivel local o de carácter independiente.

En sus inicios Deep Dish TV no era una organización aislada; sino que surgió como una idea de otro proyecto: Paper Tiger. Con el tiempo, el sistema de trabajo de DDTv se fue estandarizando: consiste en coleccionar material de una amplia variedad de productores que se empaqueta en series por temporada. Luego ese material se distribuye, a través del satélite, o es enviado por correo postal a los canales de acceso público que no tienen ese acceso a satélite. El tiempo de satélite es rentado y los grupos locales son informados para descargar esos programas, de manera que puedan emitirlo en los canales de acceso público.

En lo referente a los temas tratados encontramos: preocupaciones actuales de la clase trabajadora americana; la relación de los niños con los medios; el acceso a la vivienda; el racismo; militarismo y desarme; los procesos sociales en Centroamérica; la crisis del campo; las mujeres trabajadoras; el sistema de medios en Estados Unidos...
He aquí un vídeo a modo de ejemplo.



En definitiva, y gracias a plataformas como esta, nos queda un resquicio de esperanza y es que, “[...] caminante no hay camino; se hace camino al andar...”

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