domingo, 19 de diciembre de 2010

Homeschooling (educar en casa)

Esta semana conocíamos la decisión del Tribunal Constitucional acerca de si un ciudadano puede elegir libremente educar a sus hijos en el hogar familiar y no en los centros educativos. El TC confirmaba la decisión de un juez de Málaga de escolarizar obligatoriamente a unos niños que hablaban cinco idiomas y daban lecciones de música, ciencias y matemáticas en el domicilio familiar. Accede a la noticia aquí.

 

Desde que se conociera la noticia el pasado jueves, en los círculos de mi rutina diaria, (la universidad, el trayecto en metro, mi familia, amigos) podía escuchar opiniones de todo tipo, pero que curiosamente todas ellas me llevaron a un mismo punto: no todo es blanco o negro, existen numerosos tonos de grises. Quiero decir, como en todo, la cosa tiene sus pros y sus contras.

 

Había quien defendía por encima de todo la falta de costumbre de nuestro país a respetar y valorar la libertad individual. Otros exponían que negar la socialización de sus hijos con otros compañeros de clase era privarles de algo fundamental en su formación personal. Y muchos comparaban el sistema educativo español con los del resto de Europa, y después se posicionaban del lado de aquellos padres de familia que optan por educar a sus hijos en casa.

 

Alguien incluso me dijo -y escribo literal- que si el TC lo hubiera permitido entonces los esclavos al servicio de los analfabetos avaros se irían escapando poco a poco. Aquí es donde confirmé lo que pensaba. En este tema me tengo que quedar con el tono gris, porque no por el hecho de acudir al colegio con el resto de compañeros, ir a la universidad, conseguir un título, tenemos que ser aborregados y robotizados. Eso siempre va a depender de la persona.

 

Pienso que es un tema bastante controvertido, de ahí mi afirmación de la gran escala de grises que existen, en éste, y en muchos otros relacionados con la interacción entre seres humanos. Considerando meramente el aprendizaje conceptual, no pongo en duda que en el hogar y con unos padres con capacidades para ejercer la labor, un niño pueda adoptar conocimientos del mismo modo que lo hace el que acude al colegio. Pero del mismo modo, tengo que estar de acuerdo con aquellos que afirman que el trato con los que son como nosotros es fundamental, y más, en edades tempranas. Es un elemento más (y en mi opinión imprescindible) que el ser humano tiene para ir configurando su personalidad.

 

A quien le interese el tema aquí puede encontrar información acerca de los objetivos que se persiguen con el Homeschooling.

Tendemos hacia el modelo italiano berlusconizado

           Cada vez son más los indicios que nos llevan a pensar que en el modelo actual de comunicación solo hay espacio para el show, el entretenimiento, la búsqueda de la máxima audiencia a cualquier precio. Las pruebas están ahí.
         
           Si nada lo remedia, CNN+ cerrará este 24 de diciembre. Los trabajadores fueron informados de ello la semana pasada. Ellos mismos han redactado este manifiesto, que os pongo a vuestra disposición.

Tras once años de emisión, la dirección del grupo Prisa ha decidido cerrar el canal de 24 horas de noticias CNN+. Para muchos ciudadanos, CNN+ se ha convertido no sólo en un referente de la información, sino en una isla de pluralidad ideológica y social, en una herramienta vital para estar informado, en un instrumento esencial para la reflexión propia. Cerrando CNN+ se está silenciando a una parte de la sociedad.

Lejos del sectarismo cainita que domina el panorama de los medios de comunicación españoles, donde el odio al adversario es el único alimento, CNN+ ha sido un espacio de libertad, de debate, de denuncia, de investigación periodística, de análisis sereno, donde se ha dado voz a todos los ámbitos de la realidad nacional e internacional, donde la exclusión ha sido una palabra prohibida. Todos los medios de comunicación tienen ideología, porque como decía Aristóteles “el hombre es un animal político”, pero en CNN+ este axioma nunca ha llevado a marginar ni a silenciar a nadie, conscientes de que la información se construye con la suma y confrontación de todas las voces.

En CNN+ hemos intentado siempre no caer en la tentación de convertir cada noticia en un espectáculo circense destinado a reventar las audiencias, sino que asumiendo el valor cívico de nuestro trabajo hemos tratado de respetar siempre la inteligencia de nuestros espectadores.

Al cerrar CNN+ no sólo se está acabando con un medio de comunicación, con la tragedia que esto supone para sus trabajadores, se está privando a la sociedad de un instrumento vital para la formación de ciudadanos conscientes de sus derechos y deberes. Durante estos años CNN+ ha contribuido a algo tan esencial como facilitar la interpretación crítica de la realidad que nos rodea. Una sociedad civil mal informada es una sociedad muerta, presa fácil del poder y del gregarismo. En este sentido cerrar CNN+, es golpear a la sociedad en su capacidad de controlar al poder.

Los trabajadores de CNN+ seguimos creyendo en los valores sociales de este proyecto. Durante años hemos trabajado duro, conscientes de la utilidad pública de nuestro esfuerzo y no estamos dispuestos a rendirnos sin alzar la voz. CNN+, no puede pagar los platos rotos de la mala gestión de la dirección del grupo PRISA, que transformada en un tiburón financiero ha olvidado la vocación periodística con la que nació este grupo de comunicación. Nosotros no queremos dedicarnos a las finanzas, queremos seguir haciendo periodismo al servicio de la sociedad. Su errática singladura la tienen que pagar ellos. Sólo nos queda decirles que como sentenció el filósofo “no hay viento favorable para el que no sabe adónde va”. 

Os dejo también el enlace donde podéis enviar vuestras firmas de apoyo- en caso de que creáis que merece la pena apoyarlo- y entre todos intentemos luchar por que un ámbito informativo abierto a todos no muera en medio de la indiferencia.
           
           Podéis enviar aquí las firmas.

jueves, 2 de diciembre de 2010

¿Imágenes sensacionalistas o información relevante?

El hecho de que una imagen contemplada nos estremezca de manera contundente es el punto de partida que nos retrotrae a una controversia existente hace tiempo.

¿Dónde se sitúan los márgenes a los que debe constreñirse una fotografía? El interrogante no resulta fácil de responder; principalmente porque aquí entran en juego determinados factores que se nos escapan de las manos. Cada persona es única, y es esa cualidad humana la que hace imposible que podamos acotar temas como éste; porque pretender hacerlo sería navegar a la deriva y en un barco sin timón.

Muchas son las opiniones vertidas al respecto de si una foto debe ceñirse a lo que establecen ciertos Códigos éticos y deontológicos; lo cierto es que el primer criterio para poder realizar una buena fotografía-extrapólese esto al ejercicio del periodismo en general si se desea-, es conocer lo que debe pretenderse que sea la finalidad de la misma: informar. Y he aquí algunas definiciones que se hacen necesarias en este sentido.

Informar a través de una imagen, de acuerdo con Frédéric Lambert, “es elegir una fotografía que resuma, según el fotógrafo, el suceso al que ha asistido". Por su parte, Garner argumenta que informar “es lo que reduce, por medio de un acto de comunicación, la ignorancia y la incertidumbre en relación con una situación dada. El grado de reducción de incertidumbre determina el tenor de la información”.

En esta línea de incertidumbre, podríamos dirimir que una fotografía donde queda reflejada la crueldad, el dolor y toda una serie de sentimientos(por desgracia casi siempre relacionados con aspectos negativos); no tiene porqué abandonar su posible condición de imagen en la que se manifiesta algo informativamente relevante, para discurrir por unos derroteros cercanos al sensacionalismo. Porque una imagen sensacionalista; puede plasmar también información relevante y hemos de tener en cuenta que el término sensacionalismo alude a la tendencia a producir sensación, emoción o impresión.

Pero claro, volvemos a incurrir en un grave error si afirmamos de manera tajante esto, porque al fin y al cabo, todo depende del cristal con el que se mire. Y cada persona tiene un significado que ha atribuido a esa palabra(sensacionalismo).

Pero es más; ¿qué pasaría si nadie diera cobertura a este tipo de situaciones? Seguramente la fuerte carga (tanto visual como emocional) de la imagen, no lograría muchas de las cosas que ha conseguido. Y es que, aunque sea funesto reconocerlo; en ocasiones son estas imágenes las que pueden hacer recapacitar. Las que sirven como denuncia social y alertan al mundo de que la vida no avanza en países de maravillas. He aquí a modo de ejemplos el caso de Omayra Sánchez, que sirvió para poner de manifiesto la pasividad del gobierno colombiano ante la situación que se produjo antes, durante y después de la erupción del volcán Nevado del Ruiz o, la fotografía que añado en este comentario de hechos que reflejan situaciones que nunca debieran ocurrir.

¿Y si el tratamiento de los medios se llevase a caso solamente a través de la palabras? Asistiríamos aquí a otro frente abierto en torno a eso de que si "una imagen vale más que mil palabras". Pero es en este caso en concreto; cuando las fotografías atraviesan ese muro existente entre la mirada apática del observador para adentrarse en los recovecos de las entrañas; cuando sí que podemos decir que la presencia de la palabra poco tiene que decir. Acaso anotaciones que contextualicen los hechos.

En el otro extremo; el reflejo de estas fotos hiere sensibilidades. La alteridad que podemos tener las diferentes personas implica cierto y justificado rechazo.

Todo esto se aúna a un sentido de frustración ante la supuesta imposibilidad (o no imposibilidad), de auxiliar a las personas que, en ese momento, representan un colectivo más allá del objetivo de la cámara. Y ya no de un modo global; sino también en la propia casuística. No está demás resaltar ese carácter de posibilidad, porque quizás sí podrían realizarse acciones para intentar erradicar estas situaciones; aunque a lo que a escala genérica se refiere, entraríamos en un arduo terreno que roza lo utópico y que, en este momento, no entra al caso analizar.

La noticia no se puede convertir en espectáculo


El 13 de enero de este año, la versión digital del diario El Mundo, en su edición americana, abría con esta fotografía. Accede aquí a la noticia

Un fuerte terremoto de magnitud 7,3 en la escala de Richter, había sacudido Haití, el país más pobre del continente americano.

Durante varios días, las páginas de todos los diarios, nacionales e internacionales, se cubrieron de imágenes similares a esta. Las piezas de los informativos parecían por momentos reproducciones de un mismo patrón, cuerpos sin vida tendidos sobre el suelo.

Pero, ¿cuál es realmente la finalidad? ¿Es necesario que tengamos que recurrir a estos elementos que nos impactan visualmente para alcanzar la magnitud de lo sucedido?

Hay que incidir en la diferencia lógica que existe entre la información escrita y la televisada, pues, en ésta última es necesario partir de la ineludible “carga emocional” en la presentación de los mensajes, que, en palabras de Martínez Albertos, es el resultado de tres elementos: la importancia de lo visual, el culto a la personalidad y la presentación de la noticia como espectáculo. Y a esto último es a lo que quiero apelar.

Hay imágenes e imágenes. Se puede recurrir a la sensibilidad humana desde numerosas ópticas, pero parece ser, que el morbo se ha “abierto” un hueco en la manera de transmitir los acontecimientos a la sociedad. Niños heridos en primer plano, cadáveres apilados en fosas, heridos...son los recursos que priman, por encima de una conciencia moral. El lenguaje de la emoción y el lenguaje racional no tienen por qué estar reñidos.

Si extendemos esta cuestión a cómo se tratan temas que, en nuestra concepción de seres humanos, son de carácter delicado, nos encontramos con una falta de ética en la mayoría de los casos. Los medios de comunicación nos acercan a muchas realidades cada día, son muchas las vertientes que se tocan, pero siempre se llega a un mismo punto. Un informativo con sucesos tiene más audiencia. En este caso funciona el famoso lema que hemos heredado de los años cuarenta del siglo pasado: “Bad News, Good News” (Las malas noticias son las buenas noticias). Lo son, verdaderamente, para nuestros medios, que venden más, que aglutinan más audiencias.

Durante décadas hemos generado una perversión que nos hace perseguir más consumo, utilizando para ello atractivos más o menos cuestionables, es decir, se sigue recurriendo al sensacionalismo y al amarillismo, a esos factores de interés humano que invitan a que vayamos sumando más y más.

EL PODER DEL SENSACIONALISMO

Kenia,violencia post-electoral.2007


Esta fotografía muestra la situación que se desencadenó en Kenia, tres días después de que las elecciones fueran celebradas el 30 de diciembre de 2007; cuando la Comisión Electoral confirmó la reelección del Presidente Mwal Kibaki. La oposición encabezada por Raila Odinga no aceptó el resultado alegando que el proceso fue amañado, comenzando así un conflicto étnico que convulsionó a Kenia.

El sensacionalismo se utiliza para producir sensaciones o emociones de impacto. Creo que en este caso, la sensación que produce la imagen se usa como mercancía para impactar al público.

La imagen muestra el pánico en el momento en el que un niño abre la puerta de su hogar en Kenia y ve a un soldado que se acerca a su casa con un palo en la mano. La boca y la expresión de las manos abiertas nos introducen en una situación de desesperación. Me llama la atención la sombra de la puerta por el lado en el que se encuentra el niño y la luz que proviene del hombre,como si el acercamiento del soldado dejase todo bajo la oscuridad.Consiguiendo que el niño quede en el centro de la fotografía.

Son muchos los medios que pretenden emocionar mediante el sensacionalismo. Sin embargoel "buen sensacionalismo" no tiene por qué caer en mentiras ni en faltas de respeto. Se puede representar la verdad utilizando otros métodos.

No se debe jugar con la emoción de las personas. Lo primordial es dar una información veraz en cualquier soporte. Siempre hemos escuchado lo de"una imagen vale más que mil palabras" y, cierto es. El gran impacto que producen las imágenes a primera vista no lo consigue un texto. Pero por ello no tenemos que aprovecharnos de las personas a las que informamos. En definitiva, tenemos que prestar un servicio serio y veraz al ciudadano donde, aunque se pretenda conseguir la atención del público, no se aparte ni lo más mínimo de la realidad.

La fotografía fue realizada por Emilio Morenatti .Fue presentada en el XIX Certamen de Fotografía de Prensa Española por la Obra Social La Caixa en 2009 y conseguió el segundo premio junto con otras 29 imágenes en una serie bajo el nombre . “Violencia Postelectoral en Kenia”.

Morenatti ,ha obtenido otros premios importantes como El World Press Photo 2008,al Mejor Fotógrafo del Año y, Fotografía del Año de los premios PGB Photo Award; además del Premio al Mejor Fotoperiodista de la National Press Photographers Association.