domingo, 19 de diciembre de 2010
Tendemos hacia el modelo italiano berlusconizado
jueves, 2 de diciembre de 2010
¿Imágenes sensacionalistas o información relevante?
¿Dónde se sitúan los márgenes a los que debe constreñirse una fotografía? El interrogante no resulta fácil de responder; principalmente porque aquí entran en juego determinados factores que se nos escapan de las manos. Cada persona es única, y es esa cualidad humana la que hace imposible que podamos acotar temas como éste; porque pretender hacerlo sería navegar a la deriva y en un barco sin timón.
Muchas son las opiniones vertidas al respecto de si una foto debe ceñirse a lo que establecen ciertos Códigos éticos y deontológicos; lo cierto es que el primer criterio para poder realizar una buena fotografía-extrapólese esto al ejercicio del periodismo en general si se desea-, es conocer lo que debe pretenderse que sea la finalidad de la misma: informar. Y he aquí algunas definiciones que se hacen necesarias en este sentido.
Informar a través de una imagen, de acuerdo con Frédéric Lambert, “es elegir una fotografía que resuma, según el fotógrafo, el suceso al que ha asistido". Por su parte, Garner argumenta que informar “es lo que reduce, por medio de un acto de comunicación, la ignorancia y la incertidumbre en relación con una situación dada. El grado de reducción de incertidumbre determina el tenor de la información”.
En esta línea de incertidumbre, podríamos dirimir que una fotografía donde queda reflejada la crueldad, el dolor y toda una serie de sentimientos(por desgracia casi siempre relacionados con aspectos negativos); no tiene porqué abandonar su posible condición de imagen en la que se manifiesta algo informativamente relevante, para discurrir por unos derroteros cercanos al sensacionalismo. Porque una imagen sensacionalista; puede plasmar también información relevante y hemos de tener en cuenta que el término sensacionalismo alude a la tendencia a producir sensación, emoción o impresión.
Pero claro, volvemos a incurrir en un grave error si afirmamos de manera tajante esto, porque al fin y al cabo, todo depende del cristal con el que se mire. Y cada persona tiene un significado que ha atribuido a esa palabra(sensacionalismo).
Pero es más; ¿qué pasaría si nadie diera cobertura a este tipo de situaciones? Seguramente la fuerte carga (tanto visual como emocional) de la imagen, no lograría muchas de las cosas que ha conseguido. Y es que, aunque sea funesto reconocerlo; en ocasiones son estas imágenes las que pueden hacer recapacitar. Las que sirven como denuncia social y alertan al mundo de que la vida no avanza en países de maravillas. He aquí a modo de ejemplos el caso de Omayra Sánchez, que sirvió para poner de manifiesto la pasividad del gobierno colombiano ante la situación que se produjo antes, durante y después de la erupción del volcán Nevado del Ruiz o, la fotografía que añado en este comentario de hechos que reflejan situaciones que nunca debieran ocurrir.
¿Y si el tratamiento de los medios se llevase a caso solamente a través de la palabras? Asistiríamos aquí a otro frente abierto en torno a eso de que si "una imagen vale más que mil palabras". Pero es en este caso en concreto; cuando las fotografías atraviesan ese muro existente entre la mirada apática del observador para adentrarse en los recovecos de las entrañas; cuando sí que podemos decir que la presencia de la palabra poco tiene que decir. Acaso anotaciones que contextualicen los hechos.
En el otro extremo; el reflejo de estas fotos hiere sensibilidades. La alteridad que podemos tener las diferentes personas implica cierto y justificado rechazo.
Todo esto se aúna a un sentido de frustración ante la supuesta imposibilidad (o no imposibilidad), de auxiliar a las personas que, en ese momento, representan un colectivo más allá del objetivo de la cámara. Y ya no de un modo global; sino también en la propia casuística. No está demás resaltar ese carácter de posibilidad, porque quizás sí podrían realizarse acciones para intentar erradicar estas situaciones; aunque a lo que a escala genérica se refiere, entraríamos en un arduo terreno que roza lo utópico y que, en este momento, no entra al caso analizar.
La noticia no se puede convertir en espectáculo
EL PODER DEL SENSACIONALISMO
Kenia,violencia post-electoral.2007
Esta fotografía muestra la situación que se desencadenó en Kenia, tres días después de que las elecciones fueran celebradas el 30 de diciembre de 2007; cuando la Comisión Electoral confirmó la reelección del Presidente Mwal Kibaki. La oposición encabezada por Raila Odinga no aceptó el resultado alegando que el proceso fue amañado, comenzando así un conflicto étnico que convulsionó a Kenia.
El sensacionalismo se utiliza para producir sensaciones o emociones de impacto. Creo que en este caso, la sensación que produce la imagen se usa como mercancía para impactar al público.
La imagen muestra el pánico en el momento en el que un niño abre la puerta de su hogar en Kenia y ve a un soldado que se acerca a su casa con un palo en la mano. La boca y la expresión de las manos abiertas nos introducen en una situación de desesperación. Me llama la atención la sombra de la puerta por el lado en el que se encuentra el niño y la luz que proviene del hombre,como si el acercamiento del soldado dejase todo bajo la oscuridad.Consiguiendo que el niño quede en el centro de la fotografía.
Son muchos los medios que pretenden emocionar mediante el sensacionalismo. Sin embargoel "buen sensacionalismo" no tiene por qué caer en mentiras ni en faltas de respeto. Se puede representar la verdad utilizando otros métodos.
No se debe jugar con la emoción de las personas. Lo primordial es dar una información veraz en cualquier soporte. Siempre hemos escuchado lo de"una imagen vale más que mil palabras" y, cierto es. El gran impacto que producen las imágenes a primera vista no lo consigue un texto. Pero por ello no tenemos que aprovecharnos de las personas a las que informamos. En definitiva, tenemos que prestar un servicio serio y veraz al ciudadano donde, aunque se pretenda conseguir la atención del público, no se aparte ni lo más mínimo de la realidad.
La fotografía fue realizada por Emilio Morenatti .Fue presentada en el XIX Certamen de Fotografía de Prensa Española por la Obra Social La Caixa en 2009 y conseguió el segundo premio junto con otras 29 imágenes en una serie bajo el nombre . “Violencia Postelectoral en Kenia”.
Morenatti ,ha obtenido otros premios importantes como El World Press Photo 2008,al Mejor Fotógrafo del Año y, Fotografía del Año de los premios PGB Photo Award; además del Premio al Mejor Fotoperiodista de la National Press Photographers Association.