jueves, 25 de noviembre de 2010

Doble cara de una moneda



Un concierto infantil recauda fondos para financiar estudios a niñas desfavorecidas. Este es el titular que acompaña a esta fotografía que ha aparecido hoy, jueves, (25/11/2010), en la edición digital del periódico El Mundo, en la sección de solidaridad.

La aparición de esta instantánea nos sitúa, en un primer término, en una causa solidaria que PLAN-la organización internacional de los derechos de la infancia- y, en concreto, la campaña “Por ser niñas”, va a llevar a cabo y cuyos beneficios irán destinados a acabar con la desigualdad de género que sufren millones de niñas y mujeres en el mundo; para intentar, del mismo modo, erradicar la pobreza infantil.

Desde el punto de vista connotativo, es ésta una foto donde se refleja precisamente eso. Esa pobreza extrema que existe en ciertos lugares del mundo y que casi siempre tiene aspecto femenino. Porque son 900 millones de mujeres a escala mundial, las que sobreviven con menos de un euro al día. El género y/o la edad son determinantes a lo largo de sus vidas y la escuela es algo desconocido para ellas.

Son las sensaciones de injusticia, de rabia, tristeza y, en un sola palabra: frustración, las que invaden al espectador al contemplar esta imagen. Un observador que no debiera de permanecer impasible.

Esta foto de gran fuerza expresiva nos muestra esa pobreza; inconfundible en la escena. Una calle en la que el suelo poco se malogra con el paso de los habitantes; donde los ropajes escasean y donde lo caótico y la suciedad se aúnan.

En lo que se refiere al análisis denotativo; podemos decir que hay una cierta estructura inducida en los bidones; tanto por semejanza(forma, tamaño); como por disposición espacial, pues éstos se sitúan en la misma parte de la composición(derecha). Y aunque también hay profundidad de campo, el peso visual recae en la niña, que aparece sola en un primer término; por tanto en un mayor tamaño. Ese “sola” es el adjetivo que alude a su aislamiento; otro factor clave por el que las miradas se dirigen hacia ella.

Del mismo modo, el hecho de que su figura coincida con determinados puntos de la sección áurea le otorgan esa fijación del espectador. Y quizás sea el bidón, el elemento clave que pueda atraer nuestras pupilas a priori; ya que si trazamos un triángulo en torno a la niña; el vértice quedaría configurado por ese recipiente; cuyo color hace que resalte todavía más.

La fotografía parece estar tomada en un día nublado; de ahí la ausencia de sombras. El cromatismo se manifiesta en las vestimentas que aparecen colgadas en ese muro de la parte trasera.

Se podría reseñar, también, el aire; presente en la izquierda del plano y coincidiendo, a la vez, con la dirección de la mirada de la niña.




Mary Cruz S. N.

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